La concentración a favor del referendum por la reforma de la Constitución con que se inauguraba la acampada que permanecerá la próxima semana en la Plaza Mayor se desarrolló con normalidad, mientras se iban construyendo las instalaciones, con total ausencia de presencia policial y sin ninguna injerencia por parte de las autoridades. La Gaceta, periódico local, había dedicado un bueno número de artículos de su edición dominical a informar con un sesgo claramente partidista sobre nuestras intenciones de acampar, aireando el conflicto de intereses que ha provocado la autorización que la subdelegación de gobierno ha dado a Acampada Salamanca para permanecer en la Plaza Mayor durante una semana a partir de ayer. Todavía quedaba la duda en el aire de si el ayuntamiento y la policía local respetarían la legalidad de la acampada y finalmente todo transcurrió sin ninguna clase de incidentes. En una conversación informal, la policía se limito a recalcar que “no es lo mismo acampar en el salón de casa que en el trastero o en la cocina”, refiriéndose así a la diferencia entre otros puntos de la acampada itinerante, en los barrios San José y Garrido, y la Plaza Mayor. Mientras, compañeros iban montando una carpa, tiendas de campaña, y trayendo el mobiliario y demás equipo, hasta ocupar aproximadamente un octavo de la superficie total de la Plaza. Entre los acampados, casi todos son caras conocidas, tanto de activistas que han permanecido trabajando todo el verano, como de estudiantes recién llegados, pero también se unieron nuevos integrantes. Un viento frío nos recordó que no estamos en mayo, y que pronto, en estas latitudes, habrá que buscar espacios a resguardo del invierno castellano. Mientras se seguía organizando el campamento, los oradores se encargaban de dar un buen repaso a nuestras reivindicaciones, informando en profundidad sobre las mayores causas de nuestra indignación, atendiendo tanto a aspectos locales como nacionales.
Las actividades de la acampada están colgadas en un post anterior de este blog y habrá un panel informativo en la propia plaza. Entre otras acciones, hemos invitado formalmente a los cuatro senadores y los cuatro diputados salmantinos a participar en el debate del miércoles a las 20 horas sobre la reforma constitucional. Tendrán un asiento de honor reservado en la asamblea, e iremos informando sobre las respuestas (y/o ausencias de respuestas) que vayamos recibiendo de nuestros representantes políticos.
¿Cuáles son nuestros objetivos? ¿Cuál es el espíritu de esta nueva acampada? Quisimos resumirlo en un texto que se leyó durante la concentración, y ofrecemos a continuación:
Acampar hoy no es menos crucial que fue hacerlo el 15 de mayo. Por desgracia, los mismos problemas que llevaron a cientos de miles de ciudadanos a movilizarse hace cinco meses siguen hoy vigentes. Mientras se despertaba una conciencia ciudadana inédita en la historia de nuestra democracia, el desastre político y económico que la motivó ha seguido su curso. A día de hoy, nuestro futuro sigue en manos de los mismos actores que han provocado ese desastre. Nuestro destino colectivo sigue secuestrado por poderes que no representan nuestros intereses, sino los de aquellos que manejan el mundo para su beneficio. Cinco meses después del 15 de Mayo, este país no es un lugar más equitativo. Pero sí es un país donde la verdad ha decidido salir a la calle. Y la verdad no es otra cosa que una conciencia compartida sobre lo que es justo y lo que es injusto, lo que es bueno para la sociedad, y lo que la destruye.
Muchos nos mirarán hoy y se preguntarán qué sentido tiene volver a acampar si no nos escuchan, si no hay posibilidad de grandes logros, si no somos más que un insignificante grupo de ciudadanos.. Nosotros les preguntamos, ¿qué sentido tiene vivir indiferente a tu propia desgracia? Muchos que nos miran quieren convencerse de que lo que hacemos es absurdo, porque así justifican su propia pasividad. Pero a la vez que la gente de este país decidió tomar las plazas para reivindicar sus derechos, millones de personas en todo el mundo han obrado de igual manera. En Tel Aviv, en Atenas, en Nueva York, en Londres, en El Cairo, somos millones en todo el mundo los que hemos decidido tomar la calle para valernos de la libertad de expresión, la única herramienta que nos queda, para oponernos a un sistema que se ha mostrado incapaz de defender los intereses del pueblo al que debería servir. Hoy se celebran protestas en medio mundo, y aún así, algunos solo tienen cinismo y desprecio para los que salen a la calle a clamar por los derechos de todos. Cosas mucho peores que ese deprecio tuvieron que sufrir los que lucharon por el sufragio universal, por los derechos civiles, los derechos de los trabajadores, o el estado de bienestar. Es de ellos de los que todos tenemos que aprender, tanto los que estamos aquí como los que nos miran desde la barrera. Fijémonos en ellos, veamos como consiguieron la sociedad de la que hoy disfrutamos, y hagamos lo mismo.
No estamos aquí para congraciarnos con nosotros mismos, porque el 15M y la acampada no es una causa, sino solo un medio. Vamos a crear un espacio en el corazón de esta ciudad para hablar de los problemas de nuestro país, que son, en gran parte, los problemas del mundo, y lo importante es lo que hagamos con ese espacio a partir de hoy, y cada hora hasta su conclusión. Vamos a trabajar para que la política vuelva a la calle por unos días, para recordarnos nuestra responsabilidad como trabajadores, estudiantes, parados o jubilados, de informarnos, de pensar, de debatir, de criticar y de actuar en la vida pública. Nuestro objetivo es muy sencillo, y sin embargo, el reto es enorme. Implica trabajo y perseverancia por parte de todos. La acampada solo es un espacio; sin nosotros, no más que un espacio vacío. Somos las personas quienes lo llenamos, y le damos sentido. A partir de hoy todos tenemos algo que hacer en la Plaza Mayor de Salamanca. Lo vamos a hacer todos juntos, y lo vamos a empezar a hacer en este preciso momento.