Terrorismo policial en Madrid. Reflexiones.
No es novedad que se denuncie la brutalidad policial que a menudo sufren los diferentes movimientos populares de protesta. Prueba de ello, podemos consultar en la hemeroteca numerosas referencias en los últimos meses, especialmente desde el 15 de mayo de 2011, donde han saltado a la palestra mediática las estrategias y los métodos de las diferentes Fuerzas y Cuerpos de (in)Seguridad del Estado.
Muchos ciudadanos llevamos denunciando estos desmanes desde hace tiempo, alertando de que algún día sucederían tragedias mayores.
En los últimos cuatro días, las imágenes que se han podido ver de las intervenciones barbaries policiales hablan por sí solas. No sólo hemos comprobado cómo se impide ejercer la profesión a numerosos periodistas, incluso hemos visto como son golpeados y apaleados. Hemos visto a grupos de policías rodeando a una persona y machacarla a patadas, como si fueran matones. Hemos visto como insultan, intimidan, detienen, usurpan nuestros derechos y se ensañan sin mediar provocación. Y nos hemos sobrecogido cuando hemos visto caras de satisfacción entre muchos policías al hacerlo.
Es un peligro social que estas personas sean los responsables de la noble tarea de mediar y mantener la convivencia. Que estos individuos usen la violencia a su antojo denota una honda falla en el sistema. Estas personas son terroristas. Por ello exigimos la expulsión inmediata del Cuerpo de todos aquellos que se extralimitaron en el cumplimiento de sus funciones y que se abra un proceso penal por los delitos que hubieran cometido.
El artículo 3.2 de la L.O. 9/1983, reguladora del Derecho de Reunión, establece que «la autoridad gubernativa protegerá las reuniones y manifestaciones frente a quienes trataren de impedir, perturbar o menoscabar el lícito ejercicio de este derecho». Consideramos que la autoridad gubernativa marcha en la dirección opuesta en cuanto a la salvaguarda de este derecho, y denunciamos que traten de mantener “su orden” a cualquier precio. Ellos son los últimos responsables de permitir que se agreda y se violen numerosos derechos de la ciudadanía. Por lo anterior, exigimos responsabilidades políticas y profesionales a todos cuantos han tomado parte en el devenir de estos acontecimientos, especialmente a la Comunidad de Madrid, a la Delegación de Gobierno y al Cuerpo Nacional de Policía.
Nos enorgullecemos de la colaboración y la unión de todos los ciudadanos que se han enfrentado al terror, a la amenaza y al miedo; que se han atrevido a levantar la voz y denunciar todos los abusos y vejaciones que tenemos que sufrir muchos madrileños simplemente por querer expresar de manera pacífica nuestro sentir. Proclamamos que no nos dejaremos humillar ni subyugar por nadie, y todo aquel que lo intente responderá ante la ciudadanía.
Si nos empujáis hacia atrás, nosotros tomamos carrerilla.