Acampada Salamanca
quiere mostrar su solidaridad y apoyo con la sociedad griega, especialmente
estos días 28 y 29 de junio, cuando celebra una masiva huelga general en
protesta por las medidas impuestas a su país desde la Unión Europea y el FMI a
cambio de su rescate. Acampada Salamanca acompaña a la parte mayoritaria de los
ciudadanos griegos en su rechazo visceral a las medidas que su gobierno
pretende aprobar, y que incluyen fuertes recortes en el gasto público y subidas
de impuestos, así como un plan de privatizaciones en masa. Recordamos las
palabras de Aleka Papariga, parlamentaria del KEE, que denunció el dilema
intimidante que plantea el Gobierno y la UE a los trabajadores de su país:
“El ultimátum de la UE, de la zona del Euro no se dirige al Gobierno griego -ya
que lo ha aceptado desde hace tiempo- sino al pueblo griego. Le dice que debe
bajar la cabeza y que si no consiente no recibirá la quinta entrega del
préstamo (…) Por ello, consideramos que el pueblo griego debe enviar su propio
ultimátum. Esto es lo mejor que puede hacer.”
Acampada Salamanca comprende la indignación ciudadana, y la desesperación de
millones de griegos que ven cómo los errores y la malversación estatal, la
falta de control financiero y la despiadada avaricia de los mercados, se cargan
a sus espaldas en forma de impuestos, recortes drásticos de derechos sociales y
una pérdida de soberanía que convierte a sus acreedores en los verdaderos
dictadores de la política de su país. Comprende que cuando recae sobre el
pueblo todo el castigo de un crimen perpetrado por los poderes privilegiados,
cuando los organismos internacionales que son responsables de la crisis no
acometen ninguna reforma del sistema que la catapultó, y se limitan a pasar
factura a ciudadanos inocentes, es hora de salir a la calle y reclamar
justicia. Por ello, Acampada Salamanca condena la actitud despótica del Sr.
Pagalos cuando advierte a los griegos de que eligen entre “el paquete de
medidas o los tanques”. Condena las cargas policiales contra una sociedad en legítimo
derecho de rebelarse contra el abuso y la injusticia. Tanto a griegos como a
españoles, gobernantes y políticos europeos no paran de repetirnos que la
situación obliga a recortes sociales, obliga a rebajar derechos, obliga a hacer
sacrificios públicos. Bien. Estaremos dispuestos a aceptarlos el día en que
veamos cómo se sacrifican los bancos, como se sacrifican las sociedades
financieras, como se sacrifican los paraísos fiscales, como se sacrifican las
rentas de los multimillonarios, cómo se sacrifica la clase política, cómo se
sacrifican los grupos empresariales, como se sacrifican todos los que despiden
con una mano y reparten beneficios con la otra. Cómo se sacrifican, en resumen,
los grandes culpables de la crisis. Hasta entonces, seguiremos en la calle.
“El ultimátum de la UE, de la zona del Euro no se dirige al Gobierno griego -ya que lo ha aceptado desde hace tiempo- sino al pueblo griego. Le dice que debe bajar la cabeza y que si no consiente no recibirá la quinta entrega del préstamo (…) Por ello, consideramos que el pueblo griego debe enviar su propio ultimátum. Esto es lo mejor que puede hacer.”
Acampada Salamanca comprende la indignación ciudadana, y la desesperación de millones de griegos que ven cómo los errores y la malversación estatal, la falta de control financiero y la despiadada avaricia de los mercados, se cargan a sus espaldas en forma de impuestos, recortes drásticos de derechos sociales y una pérdida de soberanía que convierte a sus acreedores en los verdaderos dictadores de la política de su país. Comprende que cuando recae sobre el pueblo todo el castigo de un crimen perpetrado por los poderes privilegiados, cuando los organismos internacionales que son responsables de la crisis no acometen ninguna reforma del sistema que la catapultó, y se limitan a pasar factura a ciudadanos inocentes, es hora de salir a la calle y reclamar justicia. Por ello, Acampada Salamanca condena la actitud despótica del Sr. Pagalos cuando advierte a los griegos de que eligen entre “el paquete de medidas o los tanques”. Condena las cargas policiales contra una sociedad en legítimo derecho de rebelarse contra el abuso y la injusticia. Tanto a griegos como a españoles, gobernantes y políticos europeos no paran de repetirnos que la situación obliga a recortes sociales, obliga a rebajar derechos, obliga a hacer sacrificios públicos. Bien. Estaremos dispuestos a aceptarlos el día en que veamos cómo se sacrifican los bancos, como se sacrifican las sociedades financieras, como se sacrifican los paraísos fiscales, como se sacrifican las rentas de los multimillonarios, cómo se sacrifica la clase política, cómo se sacrifican los grupos empresariales, como se sacrifican todos los que despiden con una mano y reparten beneficios con la otra. Cómo se sacrifican, en resumen, los grandes culpables de la crisis. Hasta entonces, seguiremos en la calle.