miércoles, 21 de septiembre de 2011

Crónica del martes


 Es posible que ayer por la por la tarde alguien se encontrara a un grupo de 25 miembros del 15M protestando frente al consulado de Francia de Salamanca, una conducta un tanto extravagante a ojos de un observador desinformado, dado que dicho consulado se encuentra en un octavo piso de un edificio de viviendas y carece de distintivo alguno en su portal. Hubo que explicar a los transeúntes, y lo repetimos ahora, que esa concentración se debía a un asunto con muy poca gracia: la detención y carga policial en París contra un centenar de miembros de la marcha que se dirige a pie desde España a Bruselas para llevar al gobierno europeo nuestras reivindicaciones. Una vez más, un gobierno democrático utiliza a las fuerzas encargadas de protegernos para acallar las voces que denuncian la corrupción e injusticia del sistema. Triste espectáculo al que jamás nos resignaremos a asistir pasivamente.

Esa fue una de las muchas acciones de un día lleno de actividad en la Acampada 15M que se ha instalado estos días en la Plaza Mayor. Continuamos teniendo un buen grado de participación y una disposición claramente positiva por parte de los salmantinos, aunque tampoco faltaron los cuatro o cinco jubilados que parecen haberle cogido el gusto a vociferar sus exabruptos sin atender a razones durante cinco minutos y luego marcharse por donde han venido. Por la mañana, algunos preparaban el mercadillo de trueque mientras otros trabajaban para tender un cable de electricidad desde un inmueble hasta la carpa, algo que finalmente no se ha podido realizar por el rigor con que la policía local nos ha exhortado a cumplir la normativa municipal. Unido a que la red pública de wi-fi apenas tiene fuerza, estamos teniendo muchos problemas para mantener el streaming –una retransmisión en directo de la acampada a través de Internet- abierto las 24 horas.

A partir de las 12, el mercadillo de trueque comenzó a funcionar, y tuvo tal éxito de participación que incluso se planteó repetirlo también hoy, aunque de nuevo chocamos con la normativa municipal, cuando se nos comunicó que carecíamos de permiso para tener un mercadillo, sin importar que se manejara dinero o no. Esa prohibición confirma que los objetivos de esta actividad estaban muy bien encaminados; llamar la atención sobre la posibilidad de establecer otros sistemas de intercambio de bienes que no impliquen gasto, y permitan dar más vida a los objetos y huir de la obsolescencia que obliga al consumo sin freno, cada vez más inviable para la empobrecida sociedad española. Que se haya decidido servirse de la normativa municipal para coartar esa iniciativa no resulta muy diferente, en otra proporción, a la represión en París: al final, todo se trata de lo mismo: entorpecer y anular cualquier iniciativa que cuestione este sistema injusto.

Los juegos también funcionaron atrayendo a niños de entre dos a ocho años, los pequeños coloreando, los mayores haciendo chapitas, y los padres tan contentos de que se entretuvieran los críos mientras charlaban con nosotros. Dado que los pequeñajos han abundado sobre los mayores, los organizadores adaptarán las actividades en los próximos días para edades tempranas. Mientras, la mesa de información se mantenía muy activa gracias al interés de locales y visitantes, que no han dejado de acercarse y participar en debates improvisados a lo largo del día. Otros que ya nos conocían, preferían pasarse por la carpa para dirigirnos sus impresiones sobre la marcha de la acampada. Una coincidencia significativa ha sido la crítica que nos hizo llegar un miembro de CGT y un afiliado del PSOE, que nos achacaron nuestra falta de cooperación y cierta demagogia en nuestros panfletos, así como falta de sutileza a la hora de meter a todos los partidos y sindicatos en el mismo saco, y criticarlos sin matices. “Deberíais arreglar cuanto antes vuestro problema con nuestro sindicato”, nos decían, “nosotros siempre os hemos ofrecido ayuda de forma desinteresada, y trabajamos en los mismos problemas que vosotros”. “Estáis tratando de forma injusta a la senadora (del PSOE), una mujer muy trabajadora, que ha hecho mucho más por los problemas que abordáis que el 15M Salamanca”.

A última hora de la tarde, a los miembros más activos se les veía cansados pero felices ante la buena marcha de la acampada en la Plaza Mayor. En la reunión organizativa de la noche, nos divertimos de lo lindo comentando las páginas en las que La Gaceta de Salamanca desbarra a sus anchas para convertir la realidad de la acampada en una fantasía diseñada a la medida de los intereses de quienes financian su periódico. Estamos convencidos de que podríamos esculpir una carpa 15M en piedra arenisca, y no cesaría su crítica encendida sobre el “afeamiento” de la Plaza que provocamos; cuanto más avanzan los días, más queda patente que la verdad de la acampada nunca les ha interesado, y el enfoque de sus artículos ya venía diseñado desde antes de que pusiéramos la primera tienda. Su falta de escrúpulos ha llegado hasta el punto de atribuir una declaración a nuestro portavoz exactamente contraria a lo que expresó ante su reportero enviado. Resulta difícil comprender como periodistas profesionales pueden operar con tal ausencia de principios, aunque suponemos que años de experiencia en el negocio del amarillismo adormecen cualquier conciencia. Sus titulares anunciando la “crispación” de los visitantes ante nuestra presencia en la Plaza Mayor, nos harían mucha gracia si no evidenciaran la triste condición de un medio que estafa sistemáticamente con desinformación a la ciudad de la que se declara servidor. Ayer volvieron a ser notables las muestras de interés y simpatía de los extranjeros que se acercaban espontáneamente a interesarse por la Acampada. A última hora, una señora francesa de una pequeña ciudad cercana a Toulouse nos regaló una encendida alabanza, resaltando la admiración con que los franceses siguen las protestas españolas, y su deseo de que el movimiento se internacionalice. “Vine a esta ciudad hace 35 años, y me encontré a una juventud que no tiene nada que ver con lo que estáis haciendo vosotros. Me siento muy feliz de ver el progreso de esta ciudad, que se manifiesta en esta acampada y en este movimiento”. Ahora solo rezamos para que la buena mujer no dé con La Gaceta por accidente en algún bar, y todo su optimismo sobre el progreso de Salamanca vuelva desinflarse por completo.



Las temperaturas se han ido suavizando desde el domingo, y a última hora de la tarde, un tiempo agradable invitaba a sentarse y formar parte del debate que ayer trataba sobre el movimiento 15M, su presente, pasado y futuro. Funcionó bien, aunque, si bien el público estuvo atento, fueron los miembros del movimiento más activos los que llevaron la iniciativa. Se echaron de menos más voces críticas, y más intervención ciudadana. Ojalá en los próximos días sean muchos más los que se animen a participar. Os esperamos a todos.

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